Adiós,
No había vuelto a ver una noche tan iluminada como la de hace tantos años, decidí sentarme en la misma silla de siempre, mis manos sostenían suavemente las hojas que estaban marcadas por las frases que escribieron mis amigos, recordándome como vivieron ellos nuestra amistad; cada recuerdo del amor que fueron creando junto a sus parejas y la plenitud que se dio en sus vidas; solos, en pareja… juntos, en un grupo de amigos que se convirtió en una familia. que
Temblorosa como estaba, sabía que aquel lugar era el correcto para esperar, aquel camino, el mismo de hace 65 años, ¡Cuando lo vi por primera vez!, mi corazón late fuertemente, entre feliz y nervioso.
Mi mente no ha parado desde que me desperté, de evocar una tras otra, imágenes que han llenado mi corazón y mi mente de una satisfacción casi de otro mundo.
Hoy se cumple un año de ese día donde él emprendió un camino sin mí, donde dándome en palabras su último aliento me repitió que no dejase de recordar, me aseguro que me esperaría, aquel día una canción tarareábamos los dos, sin recordar su nombre o aun siquiera su letra, una gran sonrisa estaba tatuada en nuestro rostro, por fin encontrábamos una paz inmensa, de repente lo escuche cantar.
- No hace falta que me mires, no hace falta que lo digas, no hace falta que me expliques, cuando lloras o te ríes, no hace falta decir que me quiero morir a tu lado, te amo.
En ese momento recordé, que era la misma canción que yo estaba escuchando la primera vez que lo había visto, que escuchamos juntos al subirnos a su coche el día que nos hicimos novios, era nuestra canción, pero ahora su letra me llenaba de un sentimiento extraño, de despedida, aun así recordando completamente la letra, me entregue a esa magia que me brindaba el vacio de no entender.
- No hace falta que te quedes, no hace falta que te insista, no hace falta que te llore, si nos veremos arriba – en ese momento algunas lagrimas rodaron por mis mejillas, él me tomo de las manos acercándome a su cuerpo – no hace falta decir que me quiero morir a tu lado, te amo.
Apoyo su frente sobre la mía y me entrego aquella preciosa sonrisa.
- No hace falta que soñemos que es mentira, que no existe la muerte cuando hay amor.
Él cantaba ahora solo.
- Esta misma historia continua solo cambia el escenario en la escena del amor.
Sus ojos se cerraron, rompiendo todo en mi; paralizando mi rostro, mis brazos… mi vida.
- No hace falta que me mientas, no hace falta que lo pidas, no hace falta que te extrañe, si te encontrare algún día.
- No hace falta decir que me quiero morir a tu lado – Por qué como hacía para decirle que no me deje, que me espere, que algo en mi no estaba listo, me acerque a su cuerpo y sus brazos un poco débiles me abrazaron fuertemente, continúe cantando en mi intento de que aquello que sentía adentro hubiera sido solo parte de mi imaginación - te amo; no hace falta que soñemos que es mentira, que no existe la muerte cuando hay amor.
Sus palabras cantadas, me hicieron sentir que se despedía.
- Esta misma historia continua, solo cambia el escenario, en la escena del amor.
Trate de silenciarlo pero él continuo, todo en mi se rompía, mis lagrimas me impedían ver bien, él las limpiaba con sus manos mientras seguía cantando.
Trate de silenciarlo pero él continuo, todo en mi se rompía, mis lagrimas me impedían ver bien, él las limpiaba con sus manos mientras seguía cantando.
- No hace falta que me mientas, no hace falta que lo pidas, no hace falta que te extrañe eh!! Si te encontrare algún día.
Con nuestros labios juntos y siguiendo el compas de una canción en nuestras mentes, él me dio nuestro ultimo adiós.
- Te amo, te ame y te amare siempre.
Hoy se cumplen 65 años desde que su sonrisa, sus brazos y sus ojos llenaron de felicidad mi vida, hoy yo si puedo decir adiós a este mundo que me lleno de todo lo que alguna vez al lado de todos soñé.
- Hola. Te extrañe